El fandango resume de muchas
maneras y en varios planos de la historia del Sotavento, los lenguajes que se
maduraron desde tiempos coloniales: la lírica amorosa –que es su principal
expresión-, la expansión ganadera, las relaciones sociales, los arquetipos
populares, el comercio colonial, la marinería, las guerras y destierros, la
picaresca, las creencias y los mitos (Antonio García de León, 2009).
El traje típico de la jarocha
sotaventina tiene sus orígenes en los pueblos que se ubican en la cuenca del
río Papaloapan el cual atraviesa una parte de la entidad, es en este sitio en
donde las mujeres españolas se alojaron durante la Colonia; la ropa que estas
mujeres usaban tenía influencias muy marcadas de Andalucía y Valencia.
Al pasar de los años las telas
originales que usaban se fueron cambiando poco a poco por otras telas más
adecuadas a la región y su clima, así como más ligeras. Una de ellas fue el
algodón y el organdí, las cuales no solo son más frescas, también al ser más
ligeras que las anteriores telas, permitían que las mujeres tuvieran una
movilidad más fluida y sencilla.
El vestido que actualmente se usa
está relacionado con la indumentaria de boda, la cual es utilizada por las
mujeres criollas.
El traje típico de la jarocha
sotaventina tiene elementos básicos que deben incluir:
– Fondo: debe ser de color blanco
y llegar hasta las rodillas, pueden tener detalles bordados.
– Falda: debe de ser amplia con
vuelo y de color blanco, de una tela ligera como propelina u organza y termina
en 3 o 2 alones con encaje (dependiendo de la región).
– Delantal: amarrado a la cintura
1 delantal negro se coloca sobre la falda, por lo regular es de satín y muestra
flores bordadas en color rojo o color rosa; por la orilla se decora con encaje
de color negro.
– Rebozo: el rebozo que se suele
usar varía de color, puede ser blanco, rojo o negro y la tela que usualmente se
utiliza es la seda.
– Mantilla: es más delicada que
el rebozo, suele ser de color blanco y es de forma triangular, cubre los
hombros hasta los codos colocándose como un chal. Por lo regular se confecciona
en tul y se le suelen bordar distintos diseños como, o bien se confecciona en
encaje. Con un broche se ata al cuello o al frente.
– Abanico: aquí hay variantes,
algunos van adornados con cinta de colores o encaje, sin embargo, otros pueden
incluir ciudades o flores bordadas.
– Peineta con flores: con un
chongo y la peineta con flores se recoge el cabello, por lo regular son
gardenias o claveles, cuando la mujer es casada por lo regular se coloca en el
costado derecho, si se coloca en el costado izquierdo significa que la dama es soltera.
– Otros accesorios: zapatos
negros o blancos, collares largos o pulseras de color dorado u oro completan el
atuendo.
El folklore mexicano también incluye
una amplia variedad de artesanías, como cerámica, textiles, tallado en madera y
orfebrería. Estas artesanías a menudo se producen utilizando técnicas
tradicionales y se venden en mercados y tiendas de todo el país. Muchas de
estas artesanías están intrincadamente decoradas con símbolos y motivos que
tienen significado y trascendencia en la cultura mexicana.
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